Las minas de carbón de Surroca, que se empezaron a explotar desde finales del s. XVIII, fueron determinantes para que el ferrocarril llegara al Ripollès en 1880, con el fin de trasladar rápidamente el mineral hacia Barcelona. Las explotaciones alcanzaron su máximo esplendor entre finales del s. XIX, y la primera mitad del s. XX. Buena prueba de esta prosperidad económica son los 1578 habitantes que tenía el municipio de Ogassa en 1900. Aunque disminuyo gradualmente el número de toneladas extraídas de carbón, las minas permanecieron activas hasta 1967 que se cerraron . Actualmente, se pueden visitar algunas.